Tal y como lo manifiesta el día de ayer el Diario El Clarín, producto de una auditoría realizada por el Vaticano y ordenada directamente por el mismo Papa Francisco, se hallaron indicios de irregularidades en la venta y alquiler de inmuebles, al parecer inicialmente se habrían vendido inmuebles sin la aprobación que debido a su valor se encuentra establecido desde siempre por el Dicasterio de la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica (CIVCSVA).
Hasta ahora existen indicios y no se ha producido un pronunciamiento o acusación formal, pero en este caso el Pbro. Martin Santiago Bracht quien desde abril de 2021 fue encargado como Delegado Ejecutivo para la Administración Arquidiocesana del Arzobispado de Buenos Aires, ha sido según pedido de la Santa Sede, excluido de sus encargos y responsabilidades en la gestión administrativa incluso “las informales”, según reporta el Diario El Clarín.
Recordemos que desde diciembre del año pasado entró en rigor las nuevas sanciones penales que se adicionaron desde el Libro VI del Código de Derecho Canónico en el manejo y actos de administración de los bienes eclesiásticos, y es claro que el Papa Francisco no solo ha generado diferentes normativas nuevas para la administración de los bienes de la iglesia, sino que está haciendo que las mismas se cumplan, razón por la cual no solo es muy importante el “ser” sino el “parecer”, comentario que no va más allá de nuestra recomendación profesional de documentar de manera adecuada todas las transacciones, decisiones y actuaciones con el fin de que se pueda establecer posteriormente las razones especificas por las cuales se realizaron las transacciones y actuaciones pasadas.
Y es que a veces no por falta de diligencia ni profesionalismo, se puede tender no solo en el ámbito religioso sino en cualquier otro como el corporativo o el público, a no documentar adecuadamente las decisiones y actuaciones pensando en que años posteriores donde posiblemente no se encuentren los mismos actores, se pueda evidenciar claramente la diligencia realizada ante cualquier ente, incluyendo una auditoría del Vaticano.
El Papa Francisco viene a través de diferentes normas, ha venido fortaleciendo y estructurando procesos y órganos, para el control y seguimiento de la administración de los bienes eclesiásticos, y los resultados de esta auditoría demuestran una vez más que no solo son cartas, manuales y modificaciones al Código de Derecho Canónico, sino que en la práctica comienzan a mostrar resultados.
