La planificación financiera estratégica: un imperativo para las comunidades religiosas en Colombia

Ante la afirmación de Joaquín de Abellanas, ecónomo diocesano de Zaragoza, de que “en la Iglesia hay muchos contables, pero no existe una herencia cultural en materia de planificación financiera”, consideramos que, de igual manera, las comunidades religiosas en Colombia están llamadas a fortalecer su gestión económica y patrimonial al servicio del carisma y de la misión.

En España, unas jornadas organizadas por CaixaBank junto a ecónomos diocesanos han evidenciado que, aunque las instituciones eclesiásticas cuentan con responsables contables, les falta con frecuencia una cultura de planificación financiera estratégica, orientada al largo plazo y al servicio de la pastoral.

Este diagnóstico resulta de plena vigencia para las comunidades religiosas, órdenes, institutos de vida consagrada y entidades eclesiásticas en Colombia. Desde nuestra experiencia en asesoría financiera y normativa canónica, hay tres grandes líneas de acción que deben abordarse:

  1. Reconocer que los bienes temporales están al servicio del carisma y de la misión pastoral
    Tal y como se expresó en las jornadas organizadas en el ciclo de jornadas de reflexión económica impartidas por CaixaBank con la Universidad Comillas en España, “La planificación debe estar al servicio del carisma de la institución, garantizar el uso de los recursos, buscar un fin, no únicamente guardar el dinero”.
    En el contexto colombiano, esto significa que los bienes inmuebles, los recursos financieros, las donaciones y los ingresos derivados de actividades propias deben gestionarse con claridad: ¿cómo contribuyen al culto, al apostolado, al clero o a la caridad? (los cuatro fines de la Iglesia, según el ecónomo citado)
    Asimismo, la normativa y doctrina canónica (por ejemplo, los cánones sobre bienes temporales de la Iglesia) exige que la administración sea diligente, transparente y orientada al bien común de la comunidad eclesial.
  2. Impulsar una cultura de planificación financiera, no solo de contabilidad del día a día
    En el artículo se afirma que “hay poca cultura financiera, y así corremos el riesgo de que nos puedan meter goles por todas partes

Para las comunidades religiosas en Colombia, esto implica:

    • elaborar un inventario exhaustivo del patrimonio y de las obligaciones (edificios, móviles, donaciones, compromisos con religiosos, etc.)
    • formular un plan de viabilidad a medio y largo plazo (por ejemplo, reparación de templos o casas de comunidad, previsión de pensiones de religiosos o colaboradores).
    • establecer políticas de inversión, diversificación o generación de ingresos propios, siempre conforme al fin evangelizador y al respeto de la normativa eclesial.

El riesgo de no hacerlo es que los recursos —inmuebles deteriorados, ingresos insuficientes— distraigan energías de la misión pastoral o incluso pongan en riesgo la sostenibilidad de la comunidad.

  1. Profesionalizar la gestión, sin perder identidad eclesial
    Como se señala en el artículo: “Si yo fuera gerente de un hospital jamás se me ocurriría contratar; por ejemplo, a un abogado para que fuera cirujano… necesitamos profesionales”.
    Traducido para Colombia, esto sugiere que los institutos, congregaciones y administraciones diocesanas deben contemplar la formación de sus ecónomos, administradores o responsables patrimoniales no solo en contabilidad básica, sino en finanzas, estrategia y administración patrimonial conforme al derecho canónico.
    Se trata de combinar profesionalización con sensibilidad pastoral: el administrador no solo “lleva los números”, sino que entiende cómo esos números apoyan la misión evangelizadora, la liturgia, el acompañamiento social. De igual forma tal y como lo manifiesta la doctrina canónica reciente, la colaboración con profesionales externos debido a las complejidades cada vez mayores de las situaciones económico-administrativas se conduce a menudo en un recurso indispensable.

Conclusión
Para las comunidades religiosas en Colombia, asumir una estrategia de planificación financiera y patrimonial no es una opción sino una exigencia de fidelidad al carisma, de buen gobierno y de sostenibilidad. En un contexto donde los recursos —materiales, humanos, financieros— pueden estar limitados, disponer de una hoja de ruta que los organice, los proyecte y los alinee con la misión es clave.

Desde VISO ofrecemos acompañamiento, formación y consultoría específicamente adaptada a comunidades religiosas, congregaciones y entidades eclesiales. Les ayudamos a elaborar planes estratégicos, manuales de inversión patrimonial, políticas de ingresos, proyecciones financieras y formación de equipos administrativos conforme al derecho y doctrina canónica.

Invitamos a las comunidades que aún no han iniciado este camino a dar ese paso decididamente: la administración de bienes temporales es un servicio al Reino, no una carga. Como bien afirmaba el ecónomo español:

«Si el dinero se pierde, no hay acción social». Porque toda comunidad religiosa está llamada a gestionar sus bienes al servicio del carisma y la misión.

Si quieren leer el articulo del cual hacemos referencia pueden dar clic aqui

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